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El Paris Saint-Germain no atraviesa su mejor momento y Luis Enrique, tampoco. Sin embargo, se han agarrado al talento de un joven de 19 años para volver a la senda de la victoria en la Ligue 1 tras dos empates consecutivos. Désiré Doué cogió galones para generar todo el peligro de su equipo, que estaba siendo incapaz de ver puerta pese a la fragilidad defensiva de su rival. Cuando Kylian abandonó la capital francesa, se hablaba de que Bradley Barcola debía ser su sucesor. Sin embargo, con el extremo en el banquillo, las miradas estaban puestas sobre Dembelé y Doué. Ninguno de los dos defraudó.
El arranque fue de un dominio absoluto por parte de los locales. El ‘OL’ ni siquiera compareció en el primer cuarto de hora. Un asedio constante, aunque sin demasiadas ocasiones claras. Tuvo que ser Désiré el que cumpliera el ‘deseo’ de Luis Enrique, con una jugada de absoluto crack que le permitió plantarse solo en el área. Un regate espectacular, con un giro que engañó hasta el cámara fue el que hizo que consiguiera el tiempo suficiente como para levantar la cabeza y ponerle un balón a Ousmane, que solo tuvo que cruzar la pelota para ponerla lejos del alcance de Perri.
El Lyon, lejos de despertar, siguió ofreciendo un rendimiento más propio del equipo benjamín que del quinto de la Liga Francesa. Empezó el partido, pero los visitantes le dieron a posponer a la alarma y no saltaron al césped hasta, más o menos, el minuto 20 de juego. Lo aprovecharon los de Luis Enrique. Otra jugada de Doué por la izquierda sirvió para provocar un penalti. Vitinha cogió la pelota y como si de un partido benéfico se tratara, chutó con una tranquilidad pasmosa, engañando al portero y poniendo el segundo. Un pase raso, flojo y casi por el medio de la portería. Rozando la humillación de un ‘panenka’, pero sin necesidad de picarla. Se le ponía el encuentro muy favorable a los parisinos.
No obstante, fue ese segundo golpe el que propició la reacción visitante. Empezaron a subir líneas y el miedo se apoderó de los jugadores del PSG, que pese a tener encarrilada la victoria, empezaron a mostrar síntomas de nerviosismo. Errores graves y poca fluidez de pelota que permitió al Lyon generar mucho peligro sobre la meta de Donnarumma. En una de estas, Cherki, que tiene talento para dar y regalar, le puso un balón maravilloso a Mikautadze. Sí, aquel georgiano que brilló en la Eurocopa. Como si estuviera en el mes de junio, detuvo el tiempo para picar la pelota en una definición de clase mundial que recortaba distancias.
Pese a gozar de unas cuantas oportunidades más antes del descanso, se fueron con 2-1 en el luminoso. Cuando volvió a rodar el esférico, el protagonismo dejó de estar sobre el verde para trasladarse a la grada. Cánticos homófobos obligaron al colegiado a detener el encuentro. Acraf se acercó al sector del que provenían los insultos, habló con ellos y el partido pudo volver a jugarse. Vergonzoso.
Victoria balsámica para los de Luis Enrique, que tampoco jugaron excesivamente bien. El momento del equipo invita a ser resultadista y eso es lo que han hecho. Tres puntos que les sigue colocando en lo más alto de la tabla y un subidón de ánimos de cara a unas semanas claves para el futuro del asturiano al frente del conjunto parisino.
GENTILEZA MARCA – MARCA.COM
